jueves, 17 de marzo de 2011

Entre Catedrales: un balcón sobre el alma del océano


El proyecto “Entre Catedrales” trata de crear una pieza de arquitectura capaz de acoger y proteger y poner en valor el lugar más significativo de la historia de Cádiz, la ciudad más antigua de occidente: el espacio vacío que existe entre la catedral nueva y la catedral vieja, frente al mar, y que está siendo motivo de una importante excavación arqueológica. Los objetivos son los de cubrir y proteger la excavación arqueológica, Además, querríamos que ese plano con el que se cubre sirviera de base para un espacio de estancia público frente al mar, con una altura tal que la visión sea limpia, sin ver los coches que pasan por la vía de circunvalación. Se concibe como una blanca plataforma ligera, posada sobre la excavación, como de puntillas, a la que se accede por una rampa lateral. En ese plano se abrirán lucernarios para iluminar y permitir ver la excavación desde arriba. Arriba, al fondo, cubriendo la actual medianera, un paramento de piedra capaz de dar continuidad a las fachadas de piedra de las dos catedrales, se construye un umbráculo que nos proteja del sol y de la lluvia. Todo ello construido con elementos ligeros, quizás metálicos como si de una construcción naval se tratara, todo pintado de blanco para acentuar su liviandad.



La zona transitable se alfombra con mármol blanco. En la construcción de la base, la memoria de los barcos. En la del umbráculo, como si de un palio con varales se tratara, la memoria de un paso. Querríamos hacer una pieza de arquitectura bellísima, capaz de poner en valor ese lugar maravilloso, capaz de permanecer en la memoria de Cádiz.

Estructura.

Se construye un entramado de pilares metálicos de 3 x 3 metros, que cimentados o apoyados sobre la excavación, soportan un plano a 2,50 metros de altura aproximadamente. Se triangulará donde convenga. Soportará un entramado de vigas sobre las que apoyará un plano horizontal metálico de platabanda gruesa sobre la que se apoyará a modo de alfombra el pavimento de mármol que evidenciará las zonas pisables.

© Javier Callejas

Sobre este entramado, y en la parte de atrás, nacerán 8 pilares de 6 metros de altura, separados entre ellos otros 6 metros, en continuidad con la trama de pilares inferior, sobre los cuales se apoya un plano superior de toldo metálico, como si fuera un palio con varales de un paso de Semana Santa.


Esta estructura, sencilla de montar y fácilmente desmontable, querríamos que tuviera el aire de una construcción naval, elaborándose incluso si fuere posible en los mismos Astilleros de Cádiz.

Composición.

Maqueta

La planta del plano es un trapecio que se ciñe a la calle lateral y a la Casa del Obispo, pues su fin es cubrir toda la excavación arqueológica.
Se decide que la línea del borde sobre la avenida quede de forma tal que el ángulo de la esquina se adelanta un poco sobre el Torreón de la Catedral Vieja y quede retranqueado respecto de la Catedral Nueva. Hemos hecho numerosas pruebas con maquetas hasta llegar a la solución que nos parece más ajustada.

Materiales

El acero de toda la estructura será convenientemente tratado y pintado en blanco como si del casco de un barco se tratara. Tanto a los efectos del fuego como de los de la corrosión.



Sobre el plano horizontal se piensa en colocar unos adoquines de mármol blanco de Macael, que ya empleamos en su día, con muy buen resultado en la nueva Plaza de la Catedral de Almería. Estos adoquines cúbicos de 10 x 10 x 10 cm. Llevan biselados los bordes de una de sus caras cuadradas, de manera que se crean unas acanaladuras naturales por las que discurre el agua e impide eficazmente cualquier posibilidad de resbalar al pisar.

Detalle

Para el plano vertical del fondo se piensa en una piedra lumaquela que resiste mejor que la piedra ostionera que cubre las dos catedrales, o en último caso, en un travertino de color tostado. En cualquier caso, siempre entonando con las dos fachadas de piedra con las que se quiere conectar visualmente. En él se abrirán contra-ventanas para permitir la visión de la fachada que cubre.
Pensamos que el cerramiento de la parte bajo el plano horizontal principal, debería hacerse también con elementos metálicos lacados en blanco, capaces de dejar pasar el aire y la luz.
Las aceras de esa zona se tratarán como u gran plano único con una piedra, quizás travertino, capaz de colaborar al entendimiento de ese primer plano de suelo como unitario.

Función

En la parte superior, la estancia. Para ello se diseñan unos bancos de acero lacado en blanco y vidrio de seguridad ya experimentados satisfactoriamente en el Colegio Público Drago en el mismo Cádiz. Si fuere necesaria alguna barandilla, se hará con los mismos criterios. Para el acceso principal, se crea una rampa grande que nace en la avenida. Por la parte de atrás, diametralmente opuesta, una sencilla escalera para dar fluidez a las circulaciones.
En el palio metálico, y para dar una mayor cantidad de sombra cuando fuere conveniente, se colgarán unas cortinas blancas, de material adecuado (velas de barco). Que colaborarán a acentuar el carácter ligero del conjunto.

Iluminación Artificial.

Se pretende que la iluminación al atardecer y por la noche de esta gran pieza, sea enormemente delicada. Se recurrirá a sistemas de iluminación indirecta que, en una gran plataforma blanca, son eficaces.

Se están diseñando unas mesas circulares bajas, que llevarán la iluminación bajo ellas.
Se quiere en definitiva hacer un proyecto sencillo y eficaz que, por una parte muestre a las claras su carácter ligero y etéreo, y por otra ponga en valor la maravilla del sitio y la ciudad en el que está incluido.

(Autor: Javier Callejas)
(Web: Plataforma Arquitectura)


ALBERTO CAMPOZ BAEZA: UN ARQUITECTO CON EL ESPIRITU DE LA LUZ DE CÁDIZ


Alberto Campo Baeza (Valladolid, 1946) es un arquitecto español. Su trabajo se desliza entre la explotación de tecnologías constructivas elementales para producir espacios minimalistas, y el contraste entre materialidades pesadas y ligeras y los espacios por ellas generadas.


Biografía: Se tituló en Arquitectura en 1970 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. Estudió con los profesores Francisco Javier Sáenz de Oíza y Javier Carvajal y en su juventud trabajó en el estudio del arquitecto Julio Cano Lasso, con el que llegó a realizar importantes edificios universitarios. En la actualidad es catedrático del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la misma escuela, donde desarrolló en los ochenta y noventa una intensa actividad institucional, conectando la ETSAM con algunas de las corrientes internacionales de la arquitectura del momento, principalmente italianas y japonesas.



Comenzó su carrera con la construcción de colegios y ayuntamientos en la Comunidad de Madrid y en la ciudad de Cádiz. Edificios de coste reducido, de una organización racional, en los que la luz contribuía a construir espacios de fugas y continuidades singulares. Realizó la tienda del diseñador Jesús del Pozo en la madrileña calle Almirante, en la que inspirado en el trabajo del arquitecto austríaco Adolf Loos, ampliaba la percepción espacial de un local de reducidas dimensiones con la utilización de una cornisa de espejos enfrentados que reflejaban una trama de pequeñas luminarias.



A finales de los ochenta y durante la década de los noventa realizó una serie de viviendas experimentales, que en su conjunto formaban un manifiesto sobre el empleo de la luz en espacios prismáticos monocromos en tonalidades próximas al blanco. La Casa Turégano en Pozuelo de Alarcón (Madrid), propiedad del diseñador gráfico Roberto Turégano, creaba una apilación vertical de espacios conectados diagonalmente por aberturas entre ellos, remarcadas por entradas de luz que remarcaban sus conexiones diagonales. La Casa Gaspar en Zahora, municipio de Barbate (Cádiz), buscaba una continuidad del espacio interior en seis patios tapiados. Como en el caso de la Casa Turégano, las continuidades espaciales eran remarcadas por la superposición de un segundo sistema organizativo, cuatro limoneros de luna en doble simetría que contribuían a crear un efecto especular en el espacio interior, similar al de la tienda de Jesús del Pozo.
    Su obra ha sido ampliamente publicada, siendo recogida en numerosas publicaciones y también ha sido utilizada como localización de numerosos anuncios comerciales. Caracterizado por el tratamiento purista y minimalista de los volúmenes arquitectónicos. Su arquitectura participa de la lógica de las formas puras. Ha evolucionado desde la tersura del enfoscado pintado en blanco de sus primeras obras residenciales a texturas más rugosas de hormigón visto o piedra en obras de mayor escala. La característica fundamental de su arquitectura es una constante investigación en las cualificación del espacio mediante la luz: Luz horizontal en la casa Gaspar, luz Vertical en el Elsa Peretti Museum, luz diagonal en la casa para Tom Ford o la luz "transparente" de la Caja de Ahorros de Granada. Y es que Campo Baeza sostiene que "Architettura sine luce, nulla architettura est".


Ha sido también profesor de algunos de los más importantes arquitectos del panorama español contemporáneo. Y pueden contarse entre sus discípulos los arquitectos Juan Carlos Sancho Osinaga, Jesús Aparicio Guisado, Alfredo Payá o Hector Fernández Elorza. Ha sido comisario de numerosas exposiciones. Su proyecto curatorial para el Pabellón de España en la 7ª Muestra de Arquitectura de la Bienal de Venecia recibió el Premio al Mejor Pabellón de la bienal.










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